jueves, octubre 06, 2011

A mi hermano Dr. Mariano Cáceres-Olazo Monroy





Se escurrían los libros  por tus manos
mientras bebías ávidamente de sus páginas.
Tu sed jamás llego a saciarse.

A tu sombra la  historia adquiría nuevo aroma,
corría  libre, fluida y agradable.
La convertías en apetitosa cena
que ofrecías con dedicación y esmero
a la  juventud peruana que enseñaste.

El destino con su corvillo cruel
trunco un frutal copiosamente productivo.
Guardaremos con esmero las semillas
en los pliegues del recuerdo y del alma

El aula enmudeció,  
Palpita la lección en pechos juveniles.
Aun las cabezas se inclinan
esperando el toque de tus manos. 
Hermano, Arribaste  a la orilla de la eternidad,
me llevas la delantera.
Espérame, que  estoy en camino.